Para mejorar nuestra condición física debemos aumentar el volumen y/o intensidad de nuestro entrenamiento, esto es el principio de sobrecarga y relacionado con el principio de progesión, pero este aumento debe ser progresivo. Si el volumen es mejor o igual que entrenos anteriores nos estancaremos, pero si es superior es cuando empezarán las molestias musculares, agujetas, cansancio y lo que es peor las lesiones. Saber gestionarlo puede ser la llave para una progresión efectiva en el tiempo de nuestra condición física.
Hay que:
Adecuar el nivel de entrenamiento al estado actual de forma. Para ello es importante aprender a evaluar nuestra condición física y saber cuantificar el volumen e intensidad que podemos soportar en un determinado momento de la termporada.
Trabajar la fuerza en el gimnasio y/o realizar entreamientos cruzados (bicicleta, nadar, …)
Realizar un entrenamiento suave al día siguiente de un entrenamiento de alta intensidad.
Llevar una alimentación adecuada que nos aporte los nutrientes que el cuerpo necesitar para recuperarse (Hidratación, carbohidratos, proteínas, ….)
Cuando tengamos muchas agujetas es mejor estirar y/o realizar ejercicio de baja intensidad que no hacer nada.
Pedir cita en nuestro fisioterapeuta o masajista de confianza de manera regular para sesiones de descarga muscular.
Recuerda que las prisas nunca son buenas consejeras, intentar alcanzar un alto estado de forma en poco tiempo nos puede llevar a molestias o lesiones tempranas, hay que tener paciencia y aprender a gestionar el descanso después de entrenamientos de alta intensidad o largos períodos y continuos de mucho entrenamiento. Hay que aprender a escuchar a tu cuerpo.
